martes, 15 de julio de 2008

REFLEXIÓN

HERMANAS MERCEDARIAS DEL SANTISIMO SACRAMENTO


El Instituto de las Hermanas Mercedarias del Santísimo Sacramento es una Congregación religiosa de derecho pontificio fundada en la Ciudad de México, el 25 de marzo de 1910 y aprobada por la Santa Sede el 22 de julio de 1948.


ORIGEN

Su origen se remonta a las inquietudes y profunda vivencia eucarística de María del Refugio Aguilar y Torres, Viuda de Cancino, quien, inspirada por Dios y ayudada por el Presbítero Vicente María Zaragoza, fundó el Apostolado de Jesús Eucarístico con el fin de extender el Reinado de Jesús Sacramentado en todas las clases sociales y principalmente en la niñez y juventud.

María del Refugio, concibió un proyecto educativo para evangelizar a la familia y a la sociedad, orientado a enseñar que en el centro de todas las ciencias está Dios y que no hay auténtica vida cristiana sin la participación eucarística y la protección de María.

El Instituto fue agregado a la primera Orden de Nuestra Señora de la Merced, fundada por San Pedro Nolasco para la redención de los Cautivos, el 11 de julio de l925, participando desde entonces de su espiritualidad, de su obra liberadora y de sus dones espirituales.


FIN DEL INSTITUTO

Las hermanas Mercedarias del Santísimo Sacramento nos consagramos a Dios, fuente de toda santidad, para conseguir la propia santificación por la profesión de los Consejos Evangélicos de Castidad, Pobreza y Obediencia en el seguimiento de Cristo Redentor del Hombre. Trabajamos con todo ahínco por extender el Reinado de Jesús Eucaristía, Reino de Redención liberadora por el amor y la mediación maternal de Nuestra Santísima Madre de la Merced. (Constituciones 3 y 140)


ESPIRITUALIDAD

La contemplación de las cosas divinas y la unión asidua con Dios en la oración es nuestro primer y principal deber. Estamos llamadas a testimoniar y a proclamar el amor del

Padre experimentado en la comunión personal con Cristo, bajo la guía del Espíritu Santo. Por ello centramos toda nuestra existencia en el encuentro con Dios. (Constituciones 12)

Desde la Eucaristía, Sacramento pascual de Cristo Redentor, descubrimos el "mundo no redimido", es decir las cautividades actuales que oprimen a los hombres, acercándonos a ellos con entrañas de misericordia. Al compartir la misma Palabra, el mismo Pan y el mismo Cáliz, nuestra comunidad, unida con María la Madre del Redentor, renueva el vínculo de la unidad, y encuentra cada día luz y fuerza para proclamar a todos los hombres la muerte redentora de Cristo y su gloriosa resurrección, como supremo signo liberador de esperanza cristiana. (Constituciones 12)



CAMPOS DE NUESTRO APOSTOLADO

La Pastoral Educativa a través de la escuela católica, es para nosotras el lugar privilegiado para la formación integral del hombre nuevo, evangelizándolo y liberándolo así de múltiples esclavitudes y promoviéndolo a la libertad de los hijos de Dios. (Const.147, 148).


PRESENCIA EN LA IGLESIA Y EN EL MUNDO

El Instituto ejerce su acción evangelizadora en instituciones docentes, internados, guarderías infantiles, seminarios, centros de catequesis, misiones y reclusorios, atendidos por setenta y ocho comunidades establecidas en México, Guatemala, El Salvador, Estados Unidos de Norteamérica, Chile, Colombia, Venezuela, España , Italia, Mozambique.

lunes, 14 de julio de 2008

domingo, 13 de julio de 2008

EL EVANGELIO DEL DIA


Evangelio según San Mateo 13,1-23.

Aquel día, Jesús salió de la casa y se sentó a orillas del mar.
Una gran multitud se reunió junto a él, de manera que debió subir a una barca y sentarse en ella, mientras la multitud permanecía en la costa.
Entonces él les habló extensamente por medio de parábolas. Les decía: "El sembrador salió a sembrar.
Al esparcir las semillas, algunas cayeron al borde del camino y los pájaros las comieron.
Otras cayeron en terreno pedregoso, donde no había mucha tierra, y brotaron en seguida, porque la tierra era poco profunda;
pero cuando salió el sol, se quemaron y, por falta de raíz, se secaron.
Otras cayeron entre espinas, y estas, al crecer, las ahogaron.
Otras cayeron en tierra buena y dieron fruto: unas cien, otras sesenta, otras treinta.
¡El que tenga oídos, que oiga!".
Los discípulos se acercaron y le dijeron: "¿Por qué les hablas por medio de parábolas?".
El les respondió: "A ustedes se les ha concedido conocer los misterios del Reino de los Cielos, pero a ellos no.
Porque a quien tiene, se le dará más todavía y tendrá en abundancia, pero al que no tiene, se le quitará aun lo que tiene.
Por eso les hablo por medio de parábolas: porque miran y no ven, oyen y no escuchan ni entienden.
Y así se cumple en ellos la profecía de Isaías, que dice: Por más que oigan, no comprenderán, por más que vean, no conocerán,
Porque el corazón de este pueblo se ha endurecido, tienen tapados sus oídos y han cerrado sus ojos, para que sus ojos no vean, y sus oídos no oigan, y su corazón no comprenda, y no se conviertan, y yo no los cure.
Felices, en cambio, los ojos de ustedes, porque ven; felices sus oídos, porque oyen.
Les aseguro que muchos profetas y justos desearon ver lo que ustedes ven y no lo vieron; oír lo que ustedes oyen, y no lo oyeron.
Escuchen, entonces, lo que significa la parábola del sembrador.
Cuando alguien oye la Palabra del Reino y no la comprende, viene el Maligno y arrebata lo que había sido sembrado en su corazón: este es el que recibió la semilla al borde del camino.
El que la recibe en terreno pedregoso es el hombre que, al escuchar la Palabra, la acepta en seguida con alegría,
pero no la deja echar raíces, porque es inconstante: en cuanto sobreviene una tribulación o una persecución a causa de la Palabra, inmediatamente sucumbe.
El que recibe la semilla entre espinas es el hombre que escucha la Palabra, pero las preocupaciones del mundo y la seducción de las riquezas la ahogan, y no puede dar fruto.
Y el que la recibe en tierra fértil es el hombre que escucha la Palabra y la comprende. Este produce fruto, ya sea cien, ya sesenta, ya treinta por uno".


Extraído de la Biblia, Libro del Pueblo de Dios.

REFLEXIÓN